A principios de Junio de 2022, realicé esta ruta por los alrededores de Lozoyuela. No suelo hacer rutas muy largas, y ésta de 15 km, creo que es la más larga que he hecho hasta el momento, aunque es bastante facilita.
Aparte de las famosas piedras con forma de seta, tiene como principal punto de interés, unas caídas de agua que se conocen como Los Chorros, aunque yo los pillé con muy poca agua. Otro punto que me pareció bastante interesante y fotogénico, son los restos de una antigua mina de Wolframio, de aire decadente:
Índice
Piedras Seta y Los Chorros (Lozoyuela)
15 KM | 3H 30′ | Baja/Media | 207 M. | >10 años | Sí | Sí | No |
Parking
Para realizar esta ruta, es posible dejar el coche en el Tanatorio Municipal de Lozoyuela, justo al lado del Cementerio.
Para llegar, se coge el Camino de la Garganta que pasa por debajo de la A-1 y luego la primera a la izquierda por el Camino de San Antonio:
Al llegar a la primera bifurcación se toma el camino de la izquierda. Al final de la ruta apareceremos por la parte derecha de esta foto:
He de decir que sólo me encontré 2 personas que venían justo del camino de la izquierda. Después hice la ruta durante 3 horas y media completamente sólo, así que no es una ruta con mucha afluencia:
Al comienzo, ya se observan las primeras piedras seta, éstas de pequeño tamaño, comparado con otras que veremos durante el recorrido:
Arroyo de la Dehesa
Me encontré esta zona con un poco de agua y me tuve que descalzar para cruzarlo:
Más adelante, nos encontramos con otra piedra seta, aunque ha crecido tanto la hierba seca, que está bastante camuflada:
Cantera
Por el camino, se pueden apreciar los restos de una antigua cantera:
Puente del Arroyo Jóbalo
Otro rincón con encanto es el cruce por el puente de piedra sobre el arroyo Jóbalo:
Éste es el mismo arroyo, sobre el que se puede contemplar un bonito puente, en la localidad de Sieteiglesias, en una pequeña ruta que realicé unos meses atrás:
Formaciones Caprichosas
En el término municipal de Lozoyuela, Navas y Sieteiglesias, es posible observar a simple vista, imponentes monumentos en plena naturaleza.
Es realmente impactante ver como la erosión ha ido moldeando estas impresionantes rocas y dándoles unas formas caprichosas que son dignas de admirar. Algunas de ellas, son conocidas como piedras seta, porque parecen setas gigantes:
En esta zona de la sierra madrileña son frecuentes los roquedos graníticos, que según su grado de inclinación pueden conformar: berrocales, lanchas, bloques, …:
Todo ello, junto con la flora y fauna asociada a este tipo de formaciones pétreas configuran un paisaje de enorme valor natural y ecológico:
Antigua Mina de Wolframio
La calidad y el valor de los minerales existentes en puntos de la Sierra de Guadarrama propiciaron la construcción de minas para extraerlos y tratarlos. La mina de Lozoyuela es un claro ejemplo de la importancia que tuvo esta zona en el ámbito de la minería:
Actualmente, esta mina está en desuso, pero es posible hacerse una idea de cómo funcionaba. Era a cielo abierto y aún hoy se observan algunas de sus partes: poleas, cribas y canalizaciones para lavar los minerales extraídos, entre los que destacan los wolfrámicos, que originan el famoso wolframio:
El wolframio es un material escaso en la corteza terrestre, de color gris acerado, muy duro y denso. Se usa principalmente en resistencias eléctricas, filamentos incandescentes y en la fabricación de herramientas y armamento, ya que aleado con el acero es extremadamente resistente:
Arroyo de los Chorros
Nos encontramos ahora en la zona conocida como Los Chorros, a primeros de Junio de 2022 bajaban con muy poca agua como podéis ver. Quizás hubiera sido mejor realizar la ruta en época de lluvias o más a principios de primavera en Abril / Mayo para verlos con más agua:
En cualquier caso es una zona bastante bonita, por la vegetación y las aguas del arroyo:
Tinado
La actividad ganadera de Lozoyuela, Navas, Sieteiglesias es palpable por las muchas construcciones especialmente concebidas para esta labor. El tinado (o tinao) es una de ellas y su principal uso era el de resguardar el ganado de las condiciones meteorológicas adversas:
Gigante dormido
Las rocas no dejan de sorprendernos con sus sugerentes formas. Este conjunto parece que es una especie de gigante dormido panza arriba:
Y ésta otra se me asemejó bastante a un gato:
Los Chorros
En mi caso me encontré con un chorrito, pero viendo la erosión de las rocas por donde baja el agua, estoy seguro que deben estar preciosas en otro momento con más caudal:
Hay que tener un poco de cuidado en esta parte, para evitar resbalones en la roca, especialmente si vas con niños:
El paisaje por esta zona es precioso, contemplándose la cadena montañosa de los alrededores:
También hay alguna seta que otra más achaparrada, con la superficie superior más lisa:
Puente del Arroyo Jóbalo II
Otro puente de piedra que nos permite cruzar de nuevo el arroyo Jóbalo:
Tinado II
Generalmente, los tinados tenían planta cuadrada o rectangular y se erigían con piedras de la zona, vigas de madera y se techaban con ramas y paja, sobre las que se ponía una cubierta de teja. De este modo, se lograba protección y temperaturas más suaves en su interior, tanto en invierno como en verano.
Éste tinado se conserva en buen estado y permite ver fácilmente los elementos con los que fue construido. También cuenta con una pequeña zona exterior cercada con piedra en la que los animales podían estar al aire libre pero controlados:
Piedras Seta
Hacia el final del camino, podemos ver otra buena ristra de piedras seta, de distintos tamaños y grados de inclinación:
Ya nos encontramos cerca del final de la ruta, tan sólo avisar que en la última parte, la mala hierba ha crecido tanto, que apenas se distingue el sendero por el que hay que volver. Agobia un poco, porque casi hay que avanzar a machetazos.
Quizás es un poco exagerado, pero bueno para que lo tengáis en cuenta si seguís el track de la ruta. Imagino que al haber poca actividad humana, la naturaleza está recuperando su sitio.